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Mientras experimentamos la intensificación de la inestabilidad climática, la disparidad económica y la destrucción ecológica, nuestras manos han estado en la tierra, trabajando para compartir alimentos y técnicas de cultivo dentro de las comunidades que habitamos. En todo el continente, diversos colectivos, granjas y centros de ayuda mutua se han organizado, especialmente desde 2020, ocupados en crear sistemas alimentarios autónomos, desarrollar cultivos de base, construir sistemas de producción y distribución de alimentos para la resiliencia colectiva y el lujo comunal, al margen del mercado o de la gestión de la USDA. Estos esfuerzos de ayuda mutua y experimentación horizontal desafían la violencia estatal, la desposesión racista y el mito de la escasez.

Al mismo tiempo, un movimiento de Atlanta entra en su segundo año de defensa de un bosque de 400 acres en territorio Muscogee robada, que se ve amenazado por la construcción de un centro de entrenamiento policial (apodado Cop City) y lo que sería el escenario sonoro más grande del mundo, consolidando Atlanta como el nuevo Hollywood. Quienes defienden el bosque de estos proyectos distópicos también están creando un mundo fuera del control del mercado o del Estado. Los campamentos ya no son simples carpas y cocinas improvisadas abastecidas con alimentos comprados en las tiendas. Berenjenas e higueras toman el sol al borde del arroyo, una cámara frigorífica espera la germinación primaveral, lxs recolectorxs comulgan con el sotobosque y los carpinteros improvisan estructuras en el suelo y en lo alto de las copas de los árboles.

Restaurar este bosque, marcado por una historia de desposesión Muscogee y trabajo esclavo encarcelado, es una tarea complicada. Pero sabemos que la producción autónoma de alimentos puede romper el sucio ciclo del desplazamiento de tierras y la dependencia del sistema capitalista de alimentación. Avanzar de esta manera, hacia la autonomía alimentaria, es esencial para la vitalidad de toda la vida que habita el bosque. Queremos aprovechar esta oportunidad para compartir lecciones y conocimientos sobre todo lo relacionado con las plantas, y aprender de las ideas y el trabajo de otras personas de todas partes, dentro del fértil contexto de una ocupación forestal. Ahora es el momento perfecto para combinar debates prácticos sobre la autonomía alimentaria con el trabajo del movimiento en defensa del bosque de Atlanta, en lo que Cooperation Jackson llama una estrategia de “construir y luchar”.